Desde hace un tiempo, las prácticas laborales han cambiado, la nueva tendencia es considerar a nuestros trabajadores más que un capital humano y darle valor dentro de nuestra organización, reduciendo la rotación interna. Esto ha desembocado en diferentes estrategias que incentiven y “premien” a las personas por sus resultados.

Los incentivos laborales son aquellas iniciativas que realizamos en nuestra empresa con la finalidad de motivar a nuestros colaboradores buscando aumentar su productividad, mejorar sus resultados y lograr una mayor calidad de desempeño durante sus actividades. De esta manera, todos ganamos.

Existen dos tipos de incentivos laborales: económicos y no económicos.

Incentivos monetarios

Son las recompensas económicas que damos a nuestros empleados cuando cumplen los objetivos deseados, de esta manera generamos un mayor compromiso y productividad así como un aumento significativo de satisfacción personal, lo que genera un mejor ambiente laboral.

Estos incentivos pueden ser el pago de primas anuales, un aumento de sueldo o beneficios sociales como planes de pensiones, seguro médico, descuentos en comercios determinados, bonos, etcétera.

Incentivos no económicos

Si bien, están diseñados con las mismas finalidades que los anteriores, los incentivos laborales no económicos buscan estimular al personal de otras maneras como: concediendo una mayor flexibilidad de horario que permita conciliar la vida laboral y familiar, el reconocimiento de los logros, contar con más días de vacaciones que los contemplados por la ley, días libres, jornadas laborales más cortas o permitiendo al trabajador crecer dentro de la organización.

¿Por qué crear un plan de incentivos laborales?

Lo primero que debemos hacer para crear un programa de incentivos es determinar cuáles son las recompensas idóneas según nuestra empresa y el tipo de trabajadores que forman parte de nuestra organización.

Este programa de incentivos laborales puede ayudar a:

  • Aumentar la productividad ya que los trabajadores se esfuerzan para alcanzar los objetivos marcados buscando obtener los beneficios correspondientes. Si aumenta su rendimiento, aumentará también su productividad.
  • Mejorar tu reputación. Si como empresa cuidamos a los colaboradores, es muy posible que trabajadores calificados busquen formar parte de nuestro equipo, como ha ocurrido con Google o Facebook.
  • Fidelizar a tus empleados. Al ver recompensado su esfuerzo, los trabajadores serán más leales y comprometidos con nuestro negocio.
  • Dar seguimiento. Contar con un programa de incentivos medible nos permitirá mejorar nuestro plan continuamente, además de conocer mejor las fortalezas y debilidades de cada trabajador.
  • Fomentar el trabajo en equipo, si es que tu estrategia está orientada al logro de objetivos comunes, lo que ayudará a mejorar el clima laboral y el rendimiento general de cada área o departamento.

No olvides que el objetivo principal de este plan es motivar a nuestros trabajadores para que aumenten su producción y mejoren sus resultados. Es muy importante que, los incentivos laborales representen una verdadera recompensa o un premio a su esfuerzo. Solo de esta manera nuestro plan de incentivos laborales será eficaz. No olvides que es fundamental que tanto los objetivos como los incentivos sean medibles cuantitativamente.

Una vez que hayas determinado el plan de incentivos laborales, deberás evaluarlo de manera periódica, ya que el entorno, los objetivos y las motivaciones de los empleados y de la compañía cambian constantemente y requieren ajustes de acuerdo a dichos resultados.

En Alus, somos especialistas en planes de incentivos, contáctanos para diseñar unos a la medida de tus necesidades.